Mantenimiento de neumáticos para bicicletas

Después de todo, nadie quiere descubrir que tiene un problema grave con su bicicleta después de emprender un viaje. Si no se solucionan los problemas, podrían interrumpir un paseo prematuramente o, peor aún, poner en peligro su seguridad. Para minimizar las probabilidades de que esto ocurra, recomendamos una estrategia eficaz donde la prevención es la mejor cura. Aquí tiene algunas sugerencias sencillas y fáciles para el mantenimiento de las llantas de su bicicleta para su tranquilidad, basadas en nuestra amplia experiencia en el desarrollo y la producción de llantas para bicicletas.

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MANTENGA UNA PRESIÓN ADECUADA DE LOS NEUMÁTICOS

Verifique la presión de aire apretando las llantas. Una buena regla general es seguir el rango de presión de aire recomendado por el fabricante (que se encuentra grabado en el flanco de la llanta) y ajustarlo según sus preferencias.

Una presión de aire baja no necesariamente arruinará tu paseo, pero si es demasiado baja, puede afectar el manejo y la estabilidad en carretera. En casos extremos, puede provocar daños en los neumáticos, desgaste de los mismos, daños en las llantas o incluso pinchazos. Si la presión de aire es demasiado alta, podrías terminar sintiendo cada pequeño bache e imperfección de la carretera. Esto podría ser demasiado duro para tu comodidad, especialmente para largos paseos sobre el sillín.

Otra buena razón para revisar la presión de aire es que, con el tiempo, la cámara de un neumático pierde presión gradualmente. Si observa una caída importante de presión en pocos días, esto indica la presencia de un pinchazo lento en la cámara. Obviamente, debe localizar y reparar este pinchazo lento antes de emprender su próximo viaje.

COMPRUEBE LOS FRENOS

Poder frenar eficazmente con tu bicicleta es fundamental para tu seguridad. Si tienes frenos de llanta en lugar de hidráulicos, la primera prueba es girar las ruedas para comprobar que las pastillas no rocen contra las llantas. A continuación, aprieta cada palanca de freno, una tras otra, para confirmar que las pastillas toquen correctamente la superficie de frenado y no rocen contra la cubierta. De lo contrario, tendrás que volver a centrar las pinzas.

Otro aspecto a tener en cuenta es la altura de la zapata de freno. Esta puede cambiar con el tiempo, a medida que la zapata se desgasta y el brazo del freno debe moverse más para acercarla a la llanta. En ciertos casos, la zapata puede desalinearse con la superficie de frenado de la llanta, formando un borde que roza el flanco del neumático y lo atraviesa.

Finalmente, aplique suficiente presión en las palancas de freno para que las ruedas se detengan por completo. Las palancas no deben tocar el manillar. Si la respuesta es demasiado lenta, es necesario ajustar el cable.

COMPRUEBE LA BANDA DE RODAMIENTO DEL NEUMÁTICO

Examina la banda de rodadura de tu bicicleta para detectar cualquier desgaste. Fíjate si hay muescas o cortes, y si hay algo afilado atascado entre las bandas que pueda provocar un pinchazo. Es sencillo retirar cualquier trozo de pedernal, grava o piedra que esté atascado.

Además, revise los flancos de la llanta de la bicicleta para detectar desgarros o protuberancias. Un desgarro puede agrandarse hasta el punto de que la cámara comience a abultarse hacia afuera, afectando la integridad de la llanta. Será necesario reemplazarla.

Es importante tener en cuenta que la llanta trasera de la bicicleta tiende a desgastarse más rápido que la delantera, según la distribución del peso del ciclista. Si observa una zona plana o una superficie desnuda en el centro de la banda de rodadura, definitivamente es hora de reemplazarla.